miércoles, 9 de octubre de 2013

LO LICITO

Mat.12.2. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Mat.12.3. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; Mat.12.4. cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? Mat.12.5. ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Mat.12.6. Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Mat.12.7. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; Mat.12.8. porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo. Mat.14.3. Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; Mat.14.4. porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Mat.14.5. Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta. Mat.14.6. Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó a Herodes, Mat.14.7. por lo cual éste le prometió con juramento darle todo lo que pidiese. Mat.14.8. Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista. Mat.14.9. Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen, Mat.14.10. y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. Mat.14.11. Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre. Mat.19.3. Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Mat.19.4. El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, Mat.19.5. y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Mat.19.6. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Mat.19.7. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Mat.19.8. Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Mat.19.9. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. Mat.19.10. Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. Mat.19.11. Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. Mat.19.12. Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba. Mat.20.1. Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Mat.20.2. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Mat.20.3. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; Mat.20.4. y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Mat.20.5. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Mat.20.6. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Mat.20.7. Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Mat.20.8. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Mat.20.9. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Mat.20.10. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. Mat.20.11. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, Mat.20.12. diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. Mat.20.13. El, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Mat.20.14. Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. Mat.20.15. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Mat.20.16. Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. Mat.22.17. Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? Mat.22.18. Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mat.22.19. Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Mat.22.20. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Mat.22.21. Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Luc.6.9. Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla? Luc.6.10. Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. Jua.5.10. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. Jua.5.11. Él les respondió: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. Jua.5.12. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? Jua.5.13. Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Jua.5.14. Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. Jua.5.15. El hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Hec.22.25. Pero cuando le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado? Hec.22.26. Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. Hec.22.27. Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano? Él dijo: Sí. Hec.22.28. Respondió el tribuno: Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. Hec.22.29. Así que, luego se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aun el tribuno, al saber que era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado. 1Co.6.1. ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? 1Co.6.2. ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 1Co.6.3. ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? 1Co.6.4. Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? 1Co.6.5. Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, 1Co.6.6. sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? 1Co.6.7. Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 1Co.6.8. Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. 1Co.6.9. ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 1Co.6.10. ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1Co.6.11. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1Co.6.12. Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. 1Co.6.13. Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.

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