jueves, 10 de octubre de 2013

LA MESA

Éxo.25.23. Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. Éxo.25.24. Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor. Éxo.25.25. Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor. Éxo.25.26. Y le harás cuatro anillos de oro, los cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas. Éxo.25.27. Los anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la mesa. Éxo.25.28. Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro, y con ellas será llevada la mesa. Éxo.25.29. Harás también sus platos, sus cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los harás. Éxo.25.30. Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente. Lev.24.5. Y tomarás flor de harina, y cocerás de ella doce tortas; cada torta será de dos décimas de efa. Lev.24.6. Y las pondrás en dos hileras, seis en cada hilera, sobre la mesa limpia delante de Jehová. Lev.24.7. Pondrás también sobre cada hilera incienso puro, y será para el pan como perfume, ofrenda encendida a Jehová. Lev.24.8. Cada día de reposo lo pondrá continuamente en orden delante de Jehová, en nombre de los hijos de Israel, como pacto perpetuo. Lev.24.9. Y será de Aarón y de sus hijos, los cuales lo comerán en lugar santo; porque es cosa muy santa para él, de las ofrendas encendidas a Jehová, por derecho perpetuo. Sal.23.4. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Sal.23.5. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Sal.23.6. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Sal.78.18. Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. Sal.78.19. Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? Sal.78.20. He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo? Pro.9.1. La sabiduría edificó su casa, Labró sus siete columnas. Pro.9.2. Mató sus víctimas, mezcló su vino, Y puso su mesa. Pro.9.3. Envió sus criadas; Sobre lo más alto de la ciudad clamó. Pro.9.4. Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice: Pro.9.5. Venid, comed mi pan, Y bebed del vino que yo he mezclado. Pro.9.6. Dejad las simplezas, y vivid, Y andad por el camino de la inteligencia. Eze.41.22. La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos; y sus esquinas, su superficie y sus paredes eran de madera. Y me dijo: Esta es la mesa que está delante de Jehová. Mal.1.7. En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Mal.1.8. Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. Mal.1.9. Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos. Mal.1.11. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos. Mal.1.12. Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento es despreciable. Mal.1.13. Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. Mal.1.14. Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones. Mat.9.10. Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos. Mat.9.11. Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Porqué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? Mat.9.12. Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Mat.9.13. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. Mat.21.10. Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste? Mat.21.11. Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea. Mat.21.12. Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; Mat.21.13. y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Mat.21.14. Y vinieron a él en el templo ciegos y cojos, y los sanó. Mar.7.25. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. Mar.7.26. La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Mar.7.27. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Mar.7.28. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Mar.7.29. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. Mar.7.30. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama. Luc.22.14. Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. Luc.22.15. Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Luc.22.16. Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios. Luc.22.17. Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; Luc.22.18. porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. Luc.22.19. Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. Luc.22.20. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Luc.22.21. Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. Luc.22.22. A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado! Luc.22.25. Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; Luc.22.26. mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. Luc.22.27. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. Luc.22.28. Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. Luc.22.29. Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, Luc.22.30. para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. 1Co.10.16. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? 1Co.10.17. Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. 1Co.10.18. Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? 1Co.10.19. ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? 1Co.10.20. Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios. 1Co.10.21. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. 1Co.10.22. ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? 1Co.10.23. Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. 1Co.10.24. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. 1Co.10.25. De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; 1Co.10.26. porque del Señor es la tierra y su plenitud. 1Co.10.27. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. 1Co.10.28. Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. 1Co.10.29. La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro? 1Co.10.30. Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias? 1Co.10.31. Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 1Co.10.32. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; 1Co.10.33. como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.

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