miércoles, 23 de octubre de 2013

LOS BENEFICIOS QUE RECIBIMOS

Sal.68.15. Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán. Sal.68.16. ¿Por qué observáis, oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre. Sal.68.17. Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario. Sal.68.18. Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios. Sal.68.19. Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah Sal.103.2. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Sal.103.3. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; Sal.103.4. El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; Sal.103.5. El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila. Sal.103.6. Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia. Sal.103.7. Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras. Sal.103.8. Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. Sal.103.9. No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. Sal.103.10. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Sal.103.11. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Sal.103.12. Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Sal.103.13. Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. Sal.103.14. Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo. Sal.104.24. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios. Sal.104.25. He allí el grande y anchuroso mar, En donde se mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes. Sal.104.26. Allí andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase en él. Sal.104.27. Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida a su tiempo. Sal.104.28. Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de bien. Isa.63.7. De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades. Isa.63.8. Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador. Isa.63.9. En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad. Hec.4.9. Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, Hec.4.10. sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Hec.4.11. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Hec.4.12. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. 1Co.10.21. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. 1Co.10.22. ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? 1Co.10.23. Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. 1Co.10.24. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. 1Co.10.25. De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; 1Co.10.26. porque del Señor es la tierra y su plenitud. 1Co.10.27. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia. 1Co.10.28. Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. 1Co.10.29. La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro? 1Co.10.30. Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias? 1Co.10.31. Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. 1Co.10.32. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; 1Co.10.33. como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario