lunes, 14 de octubre de 2013

EL LUCHAR

Gén.25.21. Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer. Gén.25.22. Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; Gén.25.23. y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor. Gén.32.24. Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. Gén.32.25. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Gén.32.26. Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Gén.32.27. Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Gén.32.28. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel [“el que lucha con Dios”, “Dios lucha”]; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Gén.32.29. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Gén.32.30. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel [“el rostro de Dios”]; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. Hec.5.29. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Hec.5.30. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. Hec.5.31. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Hec.5.32. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen. Hec.5.33. Ellos, oyendo esto, se enfurecían y querían matarlos. Hec.5.34. Entonces levantándose en el concilio un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mandó que sacasen fuera por un momento a los apóstoles, Hec.5.35. y luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres. Hec.5.36. Porque antes de estos días se levantó Teudas, diciendo que era alguien. A éste se unió un número como de cuatrocientos hombres; pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron dispersados y reducidos a nada. Hec.5.37. Después de éste, se levantó Judas el galileo, en los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y todos los que le obedecían fueron dispersados. Hec.5.38. Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; Hec.5.39. mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios. 1Co.9.16. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 1Co.9.17. Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. 1Co.9.18. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio. 1Co.9.19. Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. 1Co.9.20. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; 1Co.9.21. a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. 1Co.9.22. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 1Co.9.23. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él. 1Co.9.24. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 1Co.9.25. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Efe.6.1. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Efe.6.2. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; Efe.6.3. para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Efe.6.4. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efe.6.5. Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; Efe.6.6. no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; Efe.6.7. sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, Efe.6.8. sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. Efe.6.9. Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas. Efe.6.10. Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Efe.6.11. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Efe.6.12. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Col.1.24. Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; Col.1.25. de la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, Col.1.26. el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, Col.1.27. a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, Col.1.28. a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; Col.1.29. para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí. Col.2.1. Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; Col.2.2. para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, Col.2.3. en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Col.2.4. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. Col.2.5. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. Col.2.6. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; Col.2.7. arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Col.2.8. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Col.2.9. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, Col.2.10. y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. Col.2.11. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; Col.2.12. sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Col.2.13. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, Col.2.14. anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, Col.2.15. y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 2Ti.2.5. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. 2Ti.2.6. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. 2Ti.2.7. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. 2Ti.2.8. Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, 2Ti.2.9. en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. 2Ti.2.10. Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. 2Ti.2.11. Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; 2Ti.2.12. Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. 2Ti.2.13. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo. 2Ti.2.14. Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. 2Ti.2.15. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2Ti.2.16. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.

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