jueves, 17 de octubre de 2013

LA INMORTALIDAD

Rom.2.5. Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, Rom.2.6. el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: Rom.2.7. vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, Rom.2.8. pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; Rom.2.9. tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, Rom.2.10. pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; Rom.2.11. porque no hay acepción de personas para con Dios. Rom.2.12. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; Rom.2.13. porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 1Co.15.42. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 1Co.15.43. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 1Co.15.44. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 1Co.15.45. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. 1Co.15.46. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 1Co.15.47. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 1Co.15.48. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 1Co.15.49. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 1Co.15.50. Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. 1Co.15.51. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 1Co.15.52. en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 1Co.15.53. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 1Co.15.54. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 1Co.15.55. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 1Co.15.56. ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 1Co.15.57. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1Ti.6.3. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 1Ti.6.4. está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 1Ti.6.5. disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. 1Ti.6.6. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 1Ti.6.7. porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 1Ti.6.8. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 1Ti.6.9. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; 1Ti.6.10. porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. 1Ti.6.11. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 1Ti.6.12. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. 1Ti.6.13. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 1Ti.6.14. que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 1Ti.6.15. la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 1Ti.6.16. el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.

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