viernes, 11 de octubre de 2013

EL CELO

Núm.5.12. Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel, Núm.5.13. y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto; Núm.5.14. si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado; Núm.5.15. entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado. Núm.5.16. Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová. Núm.5.17. Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. Núm.5.18. Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean maldición. Núm.5.19. Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición; Núm.5.20. mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado contigo alguno fuera de tu marido Núm.5.21. (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): Jehová te haga maldición y execración en medio de tu pueblo, haciendo Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche; Núm.5.22. y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén. Núm.5.23. El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas; Núm.5.24. y dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar. Núm.5.25. Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los celos, y la mecerá delante de Jehová, y la ofrecerá delante del altar. Núm.5.26. Y tomará el sacerdote un puñado de la ofrenda en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y después dará a beber las aguas a la mujer. Núm.5.27. Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo. Núm.5.28. Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda. Núm.5.29. Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se amancillare; Núm.5.30. o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley. Núm.5.31. El hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado. Núm.25.6. Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión. Núm.25.7. Y lo vio Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano; Núm.25.8. y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel. Núm.25.9. Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil. Núm.25.10. Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo: Núm.25.11. Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel. Deu.32.16. Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a ira con abominaciones. Deu.32.17. Sacrificaron a los demonios, y no a Dios; A dioses que no habían conocido, A nuevos dioses venidos de cerca, Que no habían temido vuestros padres. Deu.32.18. De la Roca que te creó te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu creador. Deu.32.19. Y lo vio Jehová, y se encendió en ira Por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas. Deu.32.20. Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, Veré cuál será su fin; Porque son una generación perversa, Hijos infieles. Deu.32.21. Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; Me provocaron a ira con sus ídolos; Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, Los provocaré a ira con una nación insensata. Sal.78.56. Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios; Sal.78.57. Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso. Sal.78.58. Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. Sal.78.59. Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera aborreció a Israel. Sal.78.60. Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres, Sal.78.61. Y entregó a cautiverio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo. Sal.78.62. Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad. Sal.78.63. El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. Sal.78.64. Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación. Pro.6.29. Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare. Pro.6.30. No tienen en poco al ladrón si hurta Para saciar su apetito cuando tiene hambre; Pro.6.31. Pero si es sorprendido, pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa. Pro.6.32. Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace. Pro.6.33. Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada. Pro.6.34. Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza. Pro.6.35. No aceptará ningún rescate, Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones. Eze.5.11. Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia. Eze.5.12. Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada. Eze.5.13. Y se cumplirá mi furor y saciaré en ellos mi enojo, y tomaré satisfacción; y sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando cumpla en ellos mi enojo. Eze.5.14. Y te convertiré en soledad y en oprobio entre las naciones que están alrededor de ti, a los ojos de todo transeúnte. Eze.5.15. Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios con furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado. Eze.5.16. Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el sustento del pan. Eze.5.17. Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por en medio de ti, y enviaré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado. Eze.8.3. Y aquella figura extendió la mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a celos. Eze.8.4. Y he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo. Eze.8.5. Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis ojos hacia el norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del altar, aquella imagen del celo en la entrada. Eze.8.6. Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario? Pero vuélvete aún, y verás abominaciones mayores. Eze.8.7. Y me llevó a la entrada del atrio, y miré, y he aquí en la pared un agujero. Eze.8.8. Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. Eze.8.9. Me dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos hacen allí. Eze.8.10. Entré, pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared por todo alrededor. Eze.8.11. Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube espesa de incienso. Eze.8.12. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra. Eze.8.13. Me dijo después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen éstos. Eze.8.14. Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. Eze.8.15. Luego me dijo: ¿No ves, hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que estas. Eze.8.16. Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová; y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose hacia el oriente. Eze.8.17. Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí que aplican el ramo a sus narices. Eze.8.18. Pues también yo procederé con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré. Jua.2.13. Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, Jua.2.14. y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Jua.2.15. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; Jua.2.16. y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Jua.2.17. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. Rom.10.1. Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Rom.10.2. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Rom.10.3. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; Rom.10.4. porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. Rom.10.19. También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; Con pueblo insensato os provocaré a ira. Rom.10.20. E Isaías dice resueltamente: Fui hallado de los que no me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban por mí. Rom.11.5. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Rom.11.6. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. Rom.11.7. ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; Rom.11.8. como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. Rom.11.9. Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, En tropezadero y en retribución; Rom.11.10. Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, Y agóbiales la espalda para siempre. Rom.11.11. Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Rom.11.12. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? 1Co.2.12. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 1Co.2.13. lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 1Co.2.14. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 1Co.2.15. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. 1Co.2.16. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 1Co.3.1. De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 1Co.3.2. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 1Co.3.3. porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? San.3.13. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. San.3.14. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; San.3.15. porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. San.3.16. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. San.3.17. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. San.3.18. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

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